Contouring o cómo sacar el mejor partido de tu rostro

El rostro perfecto no existe. Ni las celebrities pueden presumir de ello. Estar siempre monísima y lucir nuestra mejor cara se lo debemos, en muchas ocasiones, al maquillaje y a sus técnicas. Eso sí, si no queremos parecer un Picasso, debemos saber aplicarlas y conocer cómo podemos sacar el mejor partido de nosotras mismas. En los últimos meses, seguramente, hayas oído hablar mucho del contouring, pero ¿qué es y cómo se aplica? ¡Veamos!

 La técnica, lejos de ser nueva, se ha popularizado de la mano de la actriz Kim Kardashian y consiste en jugar con las luces y sombras para corregir o resaltar la estructura ósea del rostro. Con los tonos oscuros conseguiremos esculpir y con los claros, realzar las facciones. Para empezar, deberemos elegir bien los productos que vamos a utilizar y los tonos en función de nuestra piel.

El primer paso es la prebase. Con ella, unificaremos el tono de la piel y conseguiremos que el maquillaje permanezca en su sitio durante todo el día. Una prebase que nos encanta es la de Sensilis. No sólo unifica el tono, sino que rellena arrugas e imperfecciones, dejando la piel lisa y matificada.

Ahora, ¡vamos a jugar con los claroscuros, como manda un contouring! El rostro ideal es el ovalado, así que, conscientes de nuestros rasgos, vamos a perfilar nuestra cara hasta conseguirlo. Para empezar, un truco es aplicar iluminador en la barbilla y en la frente, ya que es el centro de la cara y conseguiremos focalizar la atención en dicha zona.

Para reducir frente, aplicaremos tono oscuro en las sienes y tono claro entre las cejas. Para resaltar los pómulos, pondremos tono oscuro por debajo del pómulo y claro, por encima. Conseguiremos afinar nuestra nariz si aplicamos tono oscuro en los laterales y claro, sobre la nariz. Y para dulcificar la mandíbula, bastará con aplicar tono oscuro en los bordes.

Hecho esto, tenemos que difuminar muy bien los tonos hacia arriba y hacia los extremos. Podemos terminar de difuminar con toquecitos con la yema de los dedos. Un poco de color sobre las mejillas y estaremos listas para comernos el mundo.

Hay que decir que la técnica fácil no es. Se requiere práctica, práctica y más práctica. ¿La conocíais, qué trucos de maquillaje os sabéis? ¡Contadnos!

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