Lifting
El lifting facial es una técnica muy utilizada en tratamientos médico estéticos pero que, a día de hoy, sigue creando cierta confusión. Hay muchas dudas alrededor de este tratamiento que queremos resolver.
¿Qué es el lifting?
El lifting es un tratamiento personalizado destinado a rejuvenecer el rostro con armonía. Asimismo, aporta elegancia, vitalidad, naturalidad y expresividad.
Este tratamiento puede ser quirúrgico o no. En cualquiera de sus formas, no te va a devolver tu juventud, pero sí mejora tu aspecto y elimina los signos del paso del tiempo. De hecho, se puede decir que es la solución más demandada, tanto por hombres como por mujeres, para combatir el envejecimiento facial.
¿De dónde viene la palabra lifting?
En inglés, la palabra lifting significa levantar. No obstante, esta técnica estética no consiste en levantar o estirar la piel. Este término hace alusión al reposicionamiento correcto de las estructuras faciales que, debido al paso del tiempo, se han descolgado.
¿Cuándo es conveniente intervenir quirúrgicamente?
Los tratamientos médico estéticos, como el lifting, están destinados a mejorar el aspecto físico. Sin embargo, también tienen un impacto directo sobre la autoestima.
Tu rostro pierde su tersura y frescura como consecuencia del paso del tiempo. Pero, además, la exposición prolongada a diferentes agentes contaminantes, al sol, una mala alimentación, el estrés y los malos hábitos son igualmente relevantes. Todo esto hace que, al mirarte al espejo, puedas apreciar pliegues o arrugas que difuminan el rostro y la definición de tu expresión facial.
Para poder poner solución y reducir la flacidez del rostro, es necesario estirarlo. Es decir, retirar el exceso de piel y tensar los músculos faciales. Este tipo de intervenciones consiguen un rejuvenecimiento duradero y efectivo sin que tu aspecto natural quede comprometido.
Debes saber que no existe una edad ideal para realizarlos, aunque es frecuente a partir de los 45 o 50 años. Sin embargo, el tratamiento resulta mucho más efectivo si se lleva a cabo antes de que aparezcan signos evidentes.
Al final, todo va a depender de cómo sea tu proceso de envejecimiento. Cada persona tiene una evolución, unos hábitos, unas rutinas y, en definitiva, una trayectoria vital única. Esto es algo que va a determinar la tonicidad facial y, por tanto, el mejor momento para realizar la intervención.
Tipos de intervenciones
Los tratamientos estéticos deben ser personalizados. Así, en función de las condiciones de cada uno, se puede recomendar un tipo de procedimiento u otro.
- Lifting con cirugía. Es una intervención quirúrgica que necesitará anestesia local o general. El mayor inconveniente de este tipo de tratamientos es que conlleva un proceso de pre y postoperatorio. Se utiliza para tratar la cara, el cuello, los pómulos o la zona frontal. Su precio es más elevado que el lifting sin cirugía.
- Lifting sin cirugía. Está indicado para quienes necesitan una solución estética sin pasar por el quirófano. Existen diferentes opciones: hilos tensores, bótox, rellenos faciales… Todos ellos ofrecen grandes resultados para promover el rejuvenecimiento. Eso sí, no tienen la misma duración que los anteriores y deben realizarse un par de veces al año.
Recuperación de una intervención de lifting
Tras un lifting facial con cirugía es habitual que tengas ciertas molestias, aunque no dolor, durante las primeras noches. Para paliarlas te pueden prescribir analgésicos, aunque dejarás de necesitarlos a los pocos días.
Entre tus primeras sensaciones tras la operación, notarás la piel del rostro acorchada. Del mismo modo, las dos primeras semanas el rostro estará hinchado. Durante este periodo no es recomendable realizar ningún tipo de ejercicio físico o trabajar, en caso de que la actividad que realices pueda dañar tu rostro. Debes evitar también la exposición solar durante los 3 primeros meses.
Una vez superadas las 2 o 3 primeras semanas, tu médico te indicará que puedes reanudar tu vida laboral y social. Para entonces la inflamación del rostro habrá desaparecido y podrás apreciar un resultado muy natural.
El riesgo de un lifting facial con cirugía es igual al de cualquier otra intervención quirúrgica: reacciones a la medicación, hematomas, infecciones, inflamaciones o hemorragias. No obstante, estos riesgos son mínimos porque se realiza un estudio preoperatorio y existe un control médico tras la intervención.